Con el levantamiento de las restricciones y el retroceso del virus, los hoteles buscan nuevas fórmulas para retomar su actividad
El sector hotelero no lo ha tenido fácil este último año y medio. La pandemia de COVID-19 y las restricciones para parar su avance han supuesto una traba para los desplazamientos y, por tanto, para el normal funcionamiento de los hoteles. En noviembre del año pasado, las plazas de alojamientos que se ofertaron se habían recortado más de un 50%, pero solamente se ocuparon menos del 21%. Según el Gremio de Hoteles de Barcelona, en la ciudad condal se calcula que los hoteles han perdido casi 2.100 millones de euros de facturación.
Reinventarse o morir
“Durante todos estos meses, los hoteles se han tenido que reinventar y ofrecer servicios diferentes para poder seguir manteniendo el negocio”, explica Raúl Pérez, responsable de asistencia en viaje de la compañía ARAG. La asociación hotelera de Madrid ofreció en marzo del año pasado medicalizar hoteles para poder atender a pacientes COVID y ayudar a descongestionar los hospitales, alojando a 4.517 personas durante todo este tiempo. Algunos hoteles se han prestado a productoras de cine y televisión para rodajes, con las habitaciones dedicadas a vestuario o maquillaje. Otros han puesto el punto de mira en las empresas, reuniendo grupos pequeños, o incluso intentando atraer a teletrabajadores que no encuentran en casa la tranquilidad que necesitan para desarrollar su actividad.
“El perfil de visitante local ha sido una constante. Durante mucho tiempo, en algunas comunidades el comer fuera de casa era solamente posible en los hoteles, por lo que muchos clientes decidieron alojarse en un hotel cercano para descansar de la rutina del hogar durante el fin de semana”, indica Raúl Pérez. Hubo establecimientos que lanzaron tarifas flexibles en las que el coste era más económico a medida que se incrementaban los días de estancia, buscando atraer a aquellos que necesitaban dónde quedarse por obras en casa o quienes buscaban residencia habitual en un momento complicado.
La esperada vuelta a la normalidad: verano 2021
Con el principio del fin de la pandemia y la desaparición paulatina de las restricciones, los hoteles empiezan a recuperar su actividad tradicional entre la esperanza y la cautela. De momento, reina la prudencia, calculando que haya una ocupación de un 30% en el mes de agosto. En Barcelona, los cálculos más optimistas auguran la mitad de los turistas que en el 2019. Los clientes, de momento, prefieren esperar a reservar a última hora, con miedo a que una nueva ola pueda desbaratar sus planes. Raúl Pérez opina que “el certificado digital COVID-19 animará más los viajes, tanto nacionales como europeos”. Su puesta en marcha está prevista, oficialmente, para primeros de julio, aunque las Comunidades Autónomas ya pueden emitirlo para aquellas personas vacunadas con la pauta completa, con PCR o test de antígeno negativo o que han pasado la enfermedad en los últimos seis meses.
Lo que el virus nos enseñó
Lo que tienen claro los profesionales del sector es que la pandemia ha cambiado la forma en la que entendemos los hoteles. A nivel general, habrá dos tendencias que convivirán: la concentración de hoteles bajo grandes compañías que les permitan sobrevivir y la especialización para nichos de mercado muy concretos y que aprovechen sus singularidades para ofrecer algo diferente al huésped.
Aprovechar las nuevas tendencias y situarse en la vanguardia va a ser lo que salve muchos establecimientos. La búsqueda del cliente local y el uso de los espacios para el ámbito laboral son tendencias que han llegado para quedarse, así como una mayor personalización. El poder registrar el ingreso con el móvil o los protocolos de higiene que se han adoptado durante la pandemia también serán cuestiones que no desaparecerán. Lo importante es dar a conocer al cliente que su tranquilidad y protección son lo primero.
Tranquilidad para los huéspedes: ARAG Especial Hoteles
Para dar garantía de seguridad, ARAG ha creado el seguro ARAG Especial Hoteles. “El seguro está pensado para que los hoteles puedan ofrecer a sus clientes una protección de asistencia en viaje completa junto a la reserva”, cuenta Raúl Pérez. El seguro incluye la consulta médica a través de teléfono o webcam, el traslado y la repatriación del asegurado o los gastos de convalecencia en el hotel por enfermedad. Los gastos por regreso anticipado se garantizan en caso de la hospitalización o el fallecimiento de un familiar. Y, en caso de haber tenido que realizar una repatriación o un regreso anticipado, también está contemplado el reembolso de las vacaciones no disfrutadas. Raúl Pérez destaca que “todas estas garantías incluyen cobertura ante la COVID-19, sin ningún tipo de restricción o exclusión”. Además, ARAG ha creado un sello especial para que los hoteles puedan indicar en sus páginas web que su establecimiento es seguro y cuenta con todas las garantías de la compañía aseguradora.